Montilivi no falla. El Girona quiere hacer de su feudo un fortín para seguir avanzando en el sueño de la Champions y los ‘blanc-i-vermells’ sumaron su décimo encuentro liguero sin perder ante su gente. Fueron tres puntos frente a Osasuna que dejan a los de Míchel con ocho victorias y dos empates en el último decálogo de citas que se han disputado en la provincia catalana.
Sin ir más lejos, el aficionado ‘gironí’ solo ha experimentado el sabor de la derrota en casa en una sola ocasión, frente al Real Madrid. Y es que el estadio del segundo clasificado de la Liga es, sin duda, una de las claves más determinantes para seguir dando pasitos hacia la élite del fútbol europeo.
Porque, efectivamente, el cuadro gerundense puede depender perfectamente de los resultados que acontezcan en casa estudiando la ventaja de puntos que mantienen respecto al Athletic Club. “Con 62 puntos no nos da para ir a la Champions”, declaró el técnico vallecano, siendo consciente, pero, de que ese colchón de puntos que mantienen respecto a los vascos puede ser determinante en las diez jornadas que restan de torneo.
Visto el panorama, el Girona no tardará mucho en hacer cábalas. Menos tiempo tardarán sus aficionados, ansiosos por verse con ambos pies compartiendo bombos junto a equipos como el Manchester City, Arsenal, Liverpool, Inter de Milán, PSG y Bayern de Múnich, entre tantos otros.
Y por delante, cinco finales fuera de casa y cinco bajo el cielo de Girona. Lejos aparecen los compromisos de Getafe, Atlético de Madrid, UD Las Palmas, Alavés y Valencia, mientras que, por otro lado, el equipo recibirá en Montilivi a Betis, Cádiz, FC Barcelona, Villarreal y Granada.
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Razón tiene Míchel cuando dice que ‘con 62 puntos no da’, pero sí daría, y mucho, con 77 puntos que representaría un pleno de victorias de los catalanes frente a su gente. El propio míster del combinado gerundense confía en amarrar la Champions con unos 71 puntos y, para ello, el Girona solo tendría que lograr tres victorias de las diez restantes, algo que parece muy factible por el rendimiento y la temporada del equipo.
Así que el plan parece claro, hacer de casa un fortín e intentar puntuar todo lo posible para entonar un nuevo himno en Montilivi y consagrar el sueño vivo del Girona.
