Con el ‘Nunca dejes de creer’ como uno de los principales mandamientos en la apasionada manera de vivir el fútbol de Simeone, las anteriores 12 visitas ligueras a Barcelona no podían suponer otra cosa que un aliciente para conseguir la primera victoria. Lejos de suponer un muro, El Cholo había dejado claro que, después de haber ganado en todo tipo de escenarios, era una ‘suerte’ que aún se le resistiera uno, atisbando ahí un desafío donde otros ven una losa. De hecho, no podía haber mejor ocasión para alguien que no deja al margen la superstición que en la 12+1 para que llegara el anhelado triunfo. Ni mejor modo que tras otro ejercicio de resistencia y fe.
No estropea la efeméride que haya sido en Montjuic, sino todo lo contrario, pues deja en el aire el reto para la próxima temporada de que Simeone se lleve la victoria por primera vez del Camp Nou. Estadio del que, por otra parte, ya sabe salir triunfador sin necesidad de vencer, como le ocurriera también en otros templos de Europa como el Olímpico de Múnich u Old Trafford para seguir adelante en la Champions. Concretamente, de allí también se iría con una Liga bajo el brazo.
Pasado y futuro al margen, el presente deja un estreno en el capítulo de victorias del Cholo en Barcelona que catapulta al Atlético a lo más alto de la tabla. Pasará las Navidades como líder, independientemente de lo que haga hoy el Real Madrid, con una renta de tres puntos (y un partido menos disputado) respecto al conjunto de Flick y de al menos uno sobre el de Ancelotti. Una situación que, si bien puede ser anecdótica al no haberse alcanzado aún el ecuador de la competición, resulta reveladora: los de Simeone han imprimido la velocidad de crucero en la carrera por LaLiga.
Por más que algunos trataran de darles por muertos cuando hace menos de dos meses se quedaban a diez puntos del primero, justo después del único tropiezo liguero frente al Betis que a su vez sirvió para que Simeone se convenciera de llevar su credo a la máxima expresión e hiciera ver al vestuario la necesidad de no alejarse de las señas de identidad que han hecho de los rojiblancos un equipo ultracompetitivo.
Las once victorias anteriores (con goleadas, remontadas heroicas o gestas inéditas como la de París) ya permitían intuir que el Atlético había encontrado el camino (ya fuera en LaLiga, la Copa o la Champions), pero derribar el muro de Barcelona (se une al Bernabéu, Stamford Bridge, Anfield, San Siro…) se confirma como el verdadero golpe sobre la mesa.