Tras ganar la revancha ante Tyson Fury, el ucraniano Oleksandr Usyk se acercó al lateral del ring para recoger una caja muy especial. De inmediato, el púgil, que se había alzado con el triunfo por decisión unánime (un triple 116-112), levantó sobre su cabeza el histórico y único sable del hetman Ivan Mazepa, del siglo XVII, cedido para la ocasión por el Museo Histórico de Chernihiv de acuerdo con todas las regulaciones.
Con este gesto sobre el ring, Usyk quiso destacar la lucha del pueblo ucraniano por la libertad. Este sable que mostró Oleksandr perteneció a
Mazepa, un noble cosaco que luchó por reestablecer la independencia política y militar de Ucrania frente al dominio de Rusia. Se convirtió en símbolo del nacionalismo ucraniano.
Así Usyk recordó que Ucrania continúa en guerra, tras haber sido invadida por el ejército ruso hace casi tres años. Hay que recordar que el púgil estuvo en el frente y relató su pesadilla. “Vi a mis enemigos corriendo, tanques explotando, casas destrozadas”, aseguró entonces.