La NBA descuenta sus días para empezar la batalla por ‘robar’ el anillo de campeón a los Boston Celtics. Llena de estrellas, ante una temporada regular eterna pero con la motivación del InSeason Tournament, y con una parrilla de salida en la que la historia siempre sale a escena. Aunque hay, en la historia y el firmamento más brillante de la liga, ciertas exhibiciones imposibles de igualar. Muchas van a cargo de Michael Jordan, que aunque ya hace más de dos décadas que no pisa un parqué, es protagonista de la liga.
Michael Jordan tiene un historial fuera de cualquier definición. Dentro, mil récords, la pertinente leyenda negra y tres cursos que en global configuran una gesta que parece difícil que cualquiera pueda soñar a imitar. Corresponde a esos 32 meses tras la primera retirada del ’23’, con su regreso, un anillo perdido y tres cursos para la leyenda. Los recurdan las numerosas cuentas de aficionados de ‘MJ‘ y solo comprobar sus hazañas estremece a cualquiera.
Un fracaso y el mayor de los éxitos
Jordan regresa al baloncesto (“I’m back”) tras su primera retirada, y no mucho después, con fecha del 22 de mayo de 1995, se produce un hecho histórico. Su única caída en Playoffs en 26 series de post-temporada entre 1991 y 1998. Los Orlando Magic de Shaquille O’Neal, todavía un niño, mandaron a casa a los Chicago Bulls tras unas series que Sports Illustrated, revista de culto en el deporte norteamericano, bautizó como ‘Battle of Titans‘, al estilo Star Wars.
Esa derrota dio el paso a 32 meses de historia y momentos icónicos. Se resumen, si es que se puede, en tres anillos (de tres en juego), tres títulos de máximo anotador, dos veces MVP de la NBA, tres veces MVP de las finales, tres veces en el quinteto de mejores defensores del curso, y algo más allá que pocos recuerdan: ¡no se perdió ningún partido!
26 años después, la NBA está llena de estudio de esfuerzos y rotaciones. Jordan jugó todos en tres cursos, incluyendo los Playoffs. Tenía 35 años y decidió ‘pasarse’ la mejor liga del mundo con unas exhibiciones fuera de categoría. Jugando y ganando, mientras firmaba otro registro sin discusión, el de jamás caer derrotado en tres partidos seguidos -algo muy habitual en la liga- en un espacio de ¡626 disputados!
Momentos icónicos
Para más inri, quizá sean los tres cursos más icónicos del ‘Jesús Negro‘. Porque logró en 1996 el cuarto anillo, en una jornada que coincidía con El Día del Padre, pudiendo dedicar su título a la memoria de su padre. Había fallecido por asesinato en 1993 tras pararse para dormir con su vehículo, era el motivo de la retirada y Jordan conseguía cerrar ese círculo.
El quinto, de 1997, llegó tras una serie que se recordará por el famoso ‘Flu Game‘. La leyenda no aclara si fue una intoxicación involuntaria o provocada, pero Jordan jugó ante los Utah Jazz enfermo. Sin casi poder moverse ni salir de la cama. Anotó 38 puntos para el 90-88 de sus Bulls a los Utah Jazz en el quinto partido de las finales. La corona llegó.
Y tuvo el desenlace, de esos 32 meses locos, en el de 1998. Con un minuto que cambió el rumbo de la NBA, y suma una jugada icónica a una línea estadística brutal. Porque en 60 segundos metió los seis puntos decisivos sin fallo (2/2 TC y 2/2 TL), robó el balón clave y metió el tiro ganador. En España llegó como “Dios se volvió a disfrazar de jugador de baloncesto” en una narración histórica de Andrés Montes y Antoni Daimiel en Canal+. Fue el broche inmejorable a algo que nadie más imitó. Los 32 meses más locos de todos los tiempos.