Es habitual que el máximo responsable de una <strong>histórica marca de coches </strong>se deje ver muy poco, tal vez en las <strong>presentaciones mundiales </strong>de sus modelos más emblemáticos o en algunos <strong>salones del automóvil, </strong>siempre con un elegante traje y un discurso plagado de referencias al brillante futuro de la marca. Pero este típico perfil no es el que encaja con un hombre llamado <strong>Mark Reuss</strong>.
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