Cuanto más brille Joao, mejor para todos. Con el Atlético deseando su traspaso y con el luso esperando una salida, si de algo tenía que servir esta pretemporada era para elevar, o al menos no devaluar, su caché. De ahí que cada gol, más allá del juego, supone un hilo de esperanza a que siga habiendo clubes que confíen en su potencial y a que en el Metropolitano puedan mantener su idea de reclamar 60 kilos para su adiós definitivo.
No se trata de un asunto menor, pues si al Atlético se le cumpliera esa parte de la hoja de ruta trazada en este mercado, se le abriría un horizonte en el que acudiría con un músculo económico mucho más poderoso a rematar la plantilla con un central zurdo de garantías. Dicho de otro modo, si Joao dejara esa cantidad en la caja, la última intentona por convencer al Feyenoord de que acceda al deseo de Hancko de vestir de rojiblanco podría ser más convincente.
No obstante, si hay alguien al que le urge más arreglar su situación es al propio Joao, pues a falta de 19 días para que se cierre el mercado, ni el Barcelona, que sería su sueño, ni el Aston Villa, que es el club que más intención ha puesto por hacerse con sus servicios, han dado el paso de presentar una oferta. Tampoco la estrategia del Benfica, que planea jugar con los tiempos y propiciar una cesión de última hora, parece la mejor, pues al Atlético, que sólo quiere una venta, no le supondría un roto económico (más allá de que no tendría ingresos para seguir fichando) una hipotética continuidad del futbolista en su plantilla.
En este sentido, tras la ampliación de dos años de contrato antes de salir al Camp Nou, el portugués se reduciría el sueldo de tal manera que ahora está en los escalones salariales más bajos. De ahí que le urja atraer a compradores en el mercado…
