Había mucho en juego: una plaza en semifnales y por tanto una oportunidad de hacer historia y ganar la primera medalla olímpica en vóley playa de la historia. “No vamos a dejar de soñar, aún nos queda mucha energía y nos queda mucho que dar”, dijo Daniela Álvarez después de vencer a la pareja neerlandesa las neerlandesas Raisa Schoon y Katja Stam por 18-21, 21-19 y 15-13 en octavos.
Hoy tocaba medirse a las canadienses Melissa Humana-Paredes y Brandie Wilkerson (la cuartas del mundo), una pareja que protagonizó una de las grandes sorpresas en la última ronda al vencer a las estadounidenses Taryn Kloth y Kristen Nuss en octavos de final (21-19, 21-18). No iba a ser fácil.
Mientras sonaba “Potra Salvaje” en el impresionante estadio -una canción que ha pasado a ser un sinónimo del éxito deportivo español- y con el sol pegando fuerte en el espectacular estadio, comenzó el partido. Canadá golpeó primero con una ventaja de 2 a 0, pero las españolas respondían cada vez que perdían un punto. 5:5 tras los primeros diez minutos. Durante el resto del set apenas hubo más de un punto de diferencia entre ambos equipos. Así fue hasta los puntos finales, cuando los canadienses se escaparon y acabaron ganando el set por 21-18.
España empezó mal el segundo set, con Tania cometiendo un error no forzado en el primer saque. Sin embargo, no bajaron la cabeza y lucharon con valentía para evitar la ruptura canadiense. Justo antes del descanso, lograron ponerse 7-5 por delante. Los gritos de “vamos España” desde las gradas eran cada vez más frecuentes, pero a pesar del apoyo del contingente español del público, Álvarez y Moreno no fueron capaces de aprovechar al máximo su ventaja inicial y se encontraron 20:17 abajo con sólo un punto por jugar. Fue una ventaja demasiado difícil de remontar y los canadienses ganaron el segundo set por 21-18 poniendo punto y final al camino de la joven y prometedora pareja española en París 2024.